domingo, 12 de enero de 2025 10:20
Un estudio muestra que el somnífero zolpidem suprime el ciclo de limpieza del cerebro durante el sueño en ratones, lo que podría abonar el terreno para trastornos neurológicos. Algunos somníferos alteran el sistema de limpieza del cerebro durante el sueño, lo que podría afectar la función cognitiva a largo plazo y favorecer la aparición de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
En una de las advertencias que realizan los autores de una investigación publicada este miércoles en la revista Cell, en la que se describe por primera vez con gran detalle en ratones el mecanismo por el que el cerebro elimina los desechos mientras dormimos y se libra de proteínas cuya acumulación puede ser dañina a largo plazo.
Asimismo, se conoce desde hace un tiempo que los trastornos del sueño, como el insomnio y la apnea, pueden afectar significativamente la salud y en ocasiones preceden a la aparición de enfermedades neurodegenerativas. En 2013, la neurocientífica danesa Maiken Nedergaard descubrió el sistema glinfático, una red de canales en el cerebro cuyo propósito es eliminar toxinas drenando el líquido cefalorraquídeo durante el sueño, incluidas las proteínas amiloide y tau, asociadas con el Alzheimer.
Una década después, y tras el descubrimiento del sistema complementario de vasos linfáticos meníngeos, el equipo de Nedergaard documentó el proceso con gran detalle en ratones gracias a la combinación de una serie de técnicas pioneras de monitorización fisiológica. Y en el proceso se han encontrado con este efecto inesperado de algunos somníferos.
Aunque la motivación de esta investigación fue comprender mejor qué impulsa el flujo glinfático durante el sueño, los autores también exploraron si los somníferos replican las oscilaciones naturales necesarias para la función glinfática. La sorpresa vino al comprobar que el somnífero zolpidem, que se receta habitualmente para problemas del sueño, suprime estos ciclos del sistema glinfático, lo que podría preparar el terreno para trastornos neurológicos como el alzhéimer, que son el resultado de la acumulación tóxica de proteínas en el cerebro.
Los autores descubrieron que las ondas de noradrenalina durante el sueño profundo eran un 50% más bajas en los ratones tratados con zolpidem que en los ratones que dormían de forma natural. Aunque los ratones tratados con el somnífero se dormían más rápido, el transporte de líquidos al cerebro se redujo más del 30%. Estos hallazgos sugieren, a juicio de los investigadores, que el somnífero puede alterar la eliminación de desechos impulsada por la noradrenalina durante el sueño.
Este trabajo no es el primero en asociar el consumo de somníferos con el riesgo de demencia. Un estudio publicado en 2023 en el Journal of Alzheimer’s Disease, en el que participaron unos 3.000 adultos mayores sin demencia a los que se siguió durante 9 años, mostró resultados preocupantes: quienes tomaban somníferos “a menudo” o “casi siempre” tenían un 79% más de probabilidades de desarrollar demencia en comparación con aquellos que “nunca” o “raramente” los usaban. Otro trabajo reciente mostró que los usuarios de zolpidem con una dosis acumulada alta tuvieron un riesgo significativamente mayor de enfermedad de Alzheimer que los usuarios que no lo tomaban.