Daniel “Cata” Díaz es sinónimo de firmeza defensiva y de una época dorada de Boca. El exzaguero, nacido en Catamarca, dejó su huella en el club durante la Era Basile (2005-2006), fue campeón de la Copa Libertadores en 2007 y uno de los referentes del equipo que se consagró en el torneo local en 2015, bajo la conducción del Vasco Arruabarrena. Su carrera culminó en el ascenso español, en el Móstoles, donde colgó los botines en mayo de 2021.
Pero en los últimos días, su apellido volvió a los medios por un motivo muy distinto: una graciosa confusión familiar que su hijo, Tomás Díaz, reveló en una entrevista con TyC Sports luego del triunfo de Atlanta —equipo donde está a préstamo desde Boca— frente a Ferro.
“Hay un quilombo terrible. Gritan ‘Cata’ y se dan vuelta todos. Encima mi abuela se llama Catalina también, así que estamos complicados. Somos todos Cata”, contó entre risas el joven futbolista.
La historia es simple pero llamativa: a Daniel le dicen “Cata” desde siempre, a Tomás también lo apodaron así, y su hermana se llama Catalina. A eso se suma la abuela, también llamada Catalina. Una coincidencia —o no tanto— que transforma cualquier reunión familiar en un caos de identidades, aunque claramente también en una fuente inagotable de anécdotas.