viernes, 9 de mayo de 2025 14:00
El conductor Alejandro «Marley» Wiebe desató una ola de indignación al compartir detalles del nacimiento de su segunda hija, Milenka, gestada a través de un vientre subrogado en Estados Unidos. Lo que pretendía ser una anécdota terminó exponiendo una preocupante banalización de un proceso de parto ajeno, marcado por potenciales riesgos para la madre gestante y decisiones médicas cuestionables, todo narrado con risas por el presentador.
En una entrevista con Caras, el conductor de Telefe relató con aparente ligereza los momentos previos al nacimiento de su hija. «Vienen, la anestesian, todo, y de repente me dicen: ‘dilatación de siete’. ¿Qué? ‘¡Ya nace!'», recordó con sorpresa, omitiendo la experiencia de la mujer que llevaba a su hija en el vientre. El relato continuó describiendo un trabajo de parto prolongado: «‘pujá, pujá’, y así estuvimos horas y horas».
Fue entonces cuando la situación tomó un cariz alarmante, según su propio testimonio. «En un momento viene el médico y me dice: ‘hay mucho sangrado. Hay un nuevo método que es con una especie de aspiradora para poder succionarles y acelerar el momento. ¿Vos querés eso?'», confesó, revelando una intervención médica invasiva propuesta ante una complicación. Su respuesta inicial fue tajante: «No, yo no quiero eso. Quiero que nazca natural».
Sin embargo, la explicación del profesional de la salud evidenció una preocupación por el bienestar de la parturienta que contrastaba con la ligereza del relato. «Y me dice: ‘Sí, pero no está encontrando el camino de parto y yo tengo que priorizar que no haya sangrado'», argumentó el médico. Ante esta justificación, el conductor accedió: «‘No, por supuesto'». La cronología continuó con una espera tensa: «‘hagamos una cosa: vamos a descansar una hora y media y ver si está bien. Si llega a estar bien, seguimos con el trabajo de parto normal'».
La situación no mejoró, tal como lo narró el conductor. «‘Bueno, eran 2:30 de la mañana cuando vuelve y me dice: ‘no, hay mucho sangrado'», reconoció que le informaron, marcando un punto crítico en el proceso.
Finalmente, el nacimiento se produjo mediante una intervención que el conductor describió de manera trivial. «‘Y de repente empieza… bueno, no es una aspiradora (Risas). Es un aparato, obviamente, de doctor’. Y bueno, ahí fue que nació, pero nació dormida», reveló el presentador, intercalando risas en un relato que para muchos expuso una falta de empatía hacia la mujer que dio a luz a su hija.
La reacción en redes sociales fue inmediata y de repudio. La humorista Malena Pichot fue una de las voces más críticas: «‘Yo quiero que nazca natural’, dice el delirante ejecutando la práctica menos natural del mundo», lanzó en X (ex Twitter), cuestionando la incongruencia del deseo del conductor en un contexto de subrogación.
El locutor Franco Torchia también lamentó la falta de cuestionamiento por parte del entrevistador ante un relato tan problemático. La ligereza con la que el conductor narró un parto ajeno, obviando la experiencia y los riesgos para la madre gestante, generó un debate sobre la banalización de la violencia obstétrica y la falta de respeto hacia las mujeres parturientas.