sábado, 17 de mayo de 2025 21:40
Estados Unidos sufrió recientemente una importante caída en su calificación crediticia, lo que generó preocupación entre analistas y economistas.
La calificadora Moody’s redujo su nota a AA1, una drástica decisión debido al aumento en la deuda y a los persistentes déficits fiscales del país. Esta revisión marca el fin de más de un siglo de calificaciones perfectas.
Según Moody’s, los desequilibrios financieros crecientes obligarán a Estados Unidos a aumentar su endeudamiento de manera acelerada, lo que representará una presión adicional sobre las tasas de interés.
La agencia ha mostrado escepticismo sobre las propuestas presupuestarias actuales que se discuten en el Congreso, señalando que no son suficientes para cerrar la brecha entre el gasto público y los ingresos.
Moody’s expresó su preocupación al indicar que las administraciones anteriores y el Congreso no han llegado a un consenso sobre medidas efectivas para revertir la acumulación de déficits fiscales anuales ni para gestionar los elevados costos asociados a la deuda.
Se espera que los déficits federales se incrementen considerablemente, alcanzando un 9% del Producto Bruto para el año 2035.
Las razones detrás de estos déficits incluyen el aumento en los pagos de intereses de la deuda, el incremento del gasto en programas sociales y una sosegada generación de ingresos. Este contexto ha llevado a que ni una de las principales agencias de calificación crediticia otorgue a Estados Unidos su mejor nota crediticia.
Adicionalmente, Fitch ya había rebajado su calificación en 2023 por problemas similares, mientras que Standard & Poor’s había hecho lo propio en 2011. Sin embargo, Moody’s también subrayó que Estados Unidos aún mantiene extraordinarias fortalezas crediticias, destacando la robustez y el dinamismo de su economía, así como el papel del dólar en el sistema financiero global.
Moody’s anticipa que el país continúe su trayectoria de políticas monetarias eficientes, respaldadas por una Reserva Federal independiente. Esto incluye el apoyo a Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, quien ha enfrentado críticas por no bajar las tasas, aunque el actual presidente ha moderado sus comentarios al respecto.