martes, 10 de junio de 2025 15:44
En plena era digital, la inteligencia artificial (IA) no solo avanza rápidamente, sino que también genera preocupaciones sobre su impacto a largo plazo en la humanidad. Subhash Kak, destacado científico y jefe de Ciencias de la Computación en la Universidad de Oklahoma, pronostica un escenario alarmante: para el año 2300, la población mundial podría reducirse a apenas 100 millones de personas, eliminando así al 98,8% de la humanidad actual, según informes de Infobae.
La explicación del riesgo no radica en guerras o catástrofes naturales, sino en la automatización masiva y silenciosa que está transformando nuestra forma de vivir y trabajar. Kak advierte que, en lugar de una rebelión de robots, lo peligroso es la sustitución de humanos en tareas cotidianas, lo que desencadena un efecto dominó: pérdida de empleos, disminución de ingresos y una menor capacidad para formar familias. Este deterioro en la estabilidad económica y social ya se observa en regiones como Europa, China, Japón y Corea del Sur, donde la natalidad disminuye por el miedo a un futuro incierto laboral y económico.
El científico señala que, con una caída sostenida en la natalidad, las grandes ciudades podrían volverse desiertas, transformándose en «pueblos fantasma». La cultura, dominada por algoritmos y operaciones digitales, podría desplazar la interacción humana, borrando el sentido tradicional de comunidad. Además, la IA podría asumir funciones clave en decisiones administrativas, educativas y políticas, priorizando la eficiencia y dejando al margen a la humanidad.
A pesar de ello, Kak no descarta soluciones, como la colonización espacial, impulsada por visionarios como Elon Musk, que permitiría preservar a la humanidad en otros planetas. Sin embargo, advierte que el futuro todavía puede cambiar, y que hoy enfrentamos un colapso poblacional silencioso que requiere una reflexión y acción urgentes para evitar un destino donde la especie humana sea solo una estadística en la historia.