sábado, 28 de junio de 2025 00:57
Si algo caracterizó a Miguel Ángel Russo en sus largos años de experiencia como entrenador es la conformación del grupo.
Sólido, unido y todos tirando para el mismo lado como lema. Y aún en la adversidad y los conflictos que transita este Boca diezmado que agarró para el Mundial de Clubes, su premisa no se mueve.
Por eso, cuando trascendió que Marcos Rojo y varios jugadores disconformes con su actualidad en el club podían quedarse en Miami y no subirse al avión de regreso con el resto de la delegación, se plantó como líder y bajó un mensaje que caló hondo.
“Llegamos juntos, volvemos todos juntos”, son palabras que indican la postura del DT. E hizo efecto, porque el plantel completo, incluido el central, tomaron el vuelo en conjunto y llegaron a Buenos Aires el día de ayer.
Pese a que desde el entorno de Rojo ayer se hizo correr la noticia de que tenía la decisión tomada de no viajar con el staff de Boca, y además no volver a presentarse a entrenar el martes, día pautado tras la licencia post Mundial de Clubes, horas después dio marcha atrás.
Para evitar que las rispideces escalen y lleguen a un problema legal con el club, finalmente el defensor que no jugó ni un minuto en Estados Unidos cambió su postura y volvió al país.
De hecho, la situación cambió al punto de que esperan que esté la próxima semana en Boca Predio para charlar directamente con la dirigencia y ahí sí poder arreglar su rescisión de contrato en buenos términos. No obstante, cuando arribó a Buenos Aires, el plantel se fue en micro y el zaguero lo hizo aparte junto a su hermano.
Los cortocircuitos con el DT y Juan Román Riquelme existen y es una ruptura que no tiene retorno, pero al menos su fin de ciclo en Boca parece que no terminará de la peor manera posible.
La intención es sentarse a negociar y que próximamente salga, junto con otros tantos referentes como Sergio Romero.