La primera muestra se manifestó al momento de mocionar la conformación de la Mesa Directiva de la Convención, cuando se presentaron dos propuestas, evidenciando así la división interna del partido en dos bloques: por un lado, los «radicales con peluca», conformado por los sectores internos de Generar (Tiago Puente), Raúl Alfonsín (Silvana Carrizo), Radicales en Acción (Natalia Herrera) y el Fapra (Francisco Monti), propusieron a Exequiel Stern como presidente.
La moción que proponía a Marchetti, obtuvo 60 votos frente a 30 de los “pelucas”, lo que resultó en que la totalidad de la Mesa Directiva quedara conformada por este sector, sin representación para los «radicales con peluca».
La diputada provincial Silvana Carrizo expresó su sorpresa e indignación, señalando que previamente se había acordado una representación equitativa de 3 a 3 para cada sector en la mesa, un acuerdo que, a último momento, fue retirado.
La legisladora y presidenta del Comité Capital, enfatizó que «el consenso es el único camino que tenemos para salir adelante» y criticó la imposición de los números.
Alianzas
Si bien la convención logró aprobar por unanimidad la voluntad de que la UCR pueda establecer alianzas y conformar un frente político, las diferentes visiones sobre estas posibles alianzas revelaron más controversias.
El dirigente histórico Renato Gigantino instó a aliarse «con sectores que comulguen con políticas públicas que vayan en defensa de los que menos tienen y cuiden la producción nacional”, en una clara alusión contra La Libertad Avanza.
Por su parte, Agostina Maza Ibáñez, presidenta de la Juventud Radical, pidió «madurez política» y que se priorice a los catamarqueños, lamentando la «profunda insatisfacción de los jóvenes con la situación actual del radicalismo» y la falta de un «proyecto político que el que se le ofrezca a la gente».
Desde el interior, la presidenta del comité de Pomán, Paula Zelarayán, describió la dura realidad de su departamento, gobernado por el oficialismo desde hace tres décadas y pidió que se entienda el mensaje que la sociedad dio al votar a Milei, cuestionando por qué los jóvenes no eligen al partido a pesar de su doctrina.
Estancamiento
El punto de no retorno fue la conformación de la mesa de negociación. La propuesta del convencional Gabriel Díaz (del sector de concejal Fernando Navarro) para facultar la creación de una mesa de diálogo, integrada por la conducción del comité provincial y la mesa directiva de la convención, fue el detonante de la mayor polémica.
El diputado Tiago Puente advirtió que para esto sería necesaria una reforma de la Carta Orgánica Partidaria (COP), específicamente del Artículo 27, que exige el voto de dos terceras partes (2/3) de la totalidad de los miembros de la convención, número al que ningún sector llegaba por sí solo. Puente afirmó que la situación sin consenso estaba «llevando al radicalismo a la tumba».
La incapacidad de alcanzar los dos tercios necesarios para modificar los artículos 27 y 94 (que establece las internas) impidió la designación de la mesa de diálogo.
Cuarto intermedio
Tras un «cuarto intermedio» de media hora que no arrojó resultados positivos, Díaz mocionó fijar la fecha de las internas para el 3 de agosto y conformar la junta electoral.
Fue en este punto donde la tensión escaló al máximo. Numerosos convencionales del interior expresaron su enojo e indignación, señalando que ni siquiera entendían lo que se votaba. Se sintieron acorralados por las «peleas de Capital para sostener las pocas bancas de diputados que todavía les queda al radicalismo».
Manifestaron su frustración por los largos viajes desde sus localidades para no ser escuchados y la falta de debate sobre los problemas reales de la provincia, quedando todo reducido a una discusión sobre quiénes integrarían una mesa de diálogo en la que, según ellos, «seguramente no esté incluido el interior».
Augusto Ahumada, presidente del Concejo Deliberante de El Alto, pidió «libertad de acción» para los comités, reconociendo la «realidad muy diferente a la Capital» y la necesidad de negociar con todos los sectores para recuperar municipios. El exintendente de Tapso, Jorge Coronel, se retiró de la convención a los gritos, negándose a «avalar la interna que proponen desde la Capital».
Acusaciones cruzadas
Cuestionados por los convencionales sobre por qué los representantes de los dos bandos no se ponían de acuerdo, Alfredo Marchioli pidió la palabra y lamentó que el debate se diera «en un marco de gritos», explicando que, a pesar de que su bloque tiene una «cantidad significativa mayor de convencionales», había concedido un «esquema de paridad de representación» (4 de cada bloque) en una mesa de ocho integrantes para la conformación de alianza y designación de candidaturas.
No obstante, el principal punto de conflicto fue la negativa del bloque minoritario a que el presidente del partido, Luis Fadel, tuviera doble voto en caso de empate.
Seguidamente, Silvana Carrizo, pidió aclarar que su sector proponía un esquema de 4 y 4 sin el doble voto, y denunció un «proceso de negociación frustrante donde una propuesta inicial de equidad fue retirada”, afirmando que el último cuarto intermedio fue un ultimátum: «Nos sentamos ahí y nos dijeron, el cuarto intermedio es para que acepten lo que nosotros proponemos».
Desde el espacio de Víctor Quinteros, la Causa Argentina, se proponía también un 4 y 4, con la participación del convencional nacional, el propio Quinteros, para desempatar.
Finalmente, tras discusiones y un marcado desacuerdo, la convención aprobó la realización de las elecciones internas para el 3 de agosto. El presidente del partido, Luis Fadel, explicó que la fijación de la fecha y la designación de la junta electoral era un requisito formal para evitar una violación de la carta orgánica. Sin embargo, Fadel remarcó que esta formalidad «no opta a que ese proceso se vaya a llevar a cabo siempre y cuando los consensos que se tienen que dar se den y las partes acerquen las posiciones que tengan que acercar para no llegar a ese proceso interno».
En ese sentido, el presidente del partido bainablanca, destacó que el radicalismo «ha manifestado su voluntad aliancista ratificada por la mayoría que necesita de forma unánime por la convención».
En caso de ir a internas, la conformación de listas para alianzas implicaría que un partido acordaría dejar lugares a candidatos del otro partido.
Internas
La jornada evidenció la fractura entre los sectores de los «radicales con peluca» y aquellos que se oponen a una alianza con La Libertad Avanza.