jueves, 17 de julio de 2025 14:00
La vida de las figuras públicas siempre está bajo el ojo del huracán mediático. En un giro inesperado, Roberto García Moritán, el reconocido empresario, desveló una conversación privada que dejó a todos boquiabiertos, tratándose de un llamado telefónico de Javier Milei, el mismísimo presidente.
El sorprendente contacto ocurrió pocos días después de que se confirmara su separación de la popular modelo. El diálogo, recreado de forma imaginaria para graficar el asombro del momento, ilustra la incredulidad inicial: «Hola…¿Quién habla? ¿Quién? ¿Milei? ¿El presidente Milei? Pero… ¿Es una broma o es de verdad?».
La impactante confesión tuvo lugar en el programa de streaming «Me están operando» del canal «Neutral», conducido por Daniel Vico y Giuliana Maglietti. El ex de la modelo los tomó por sorpresa al relatar lo sucedido: «Mirá -respondió Moritán- eh… me llamó cuando me separé de Caro y hablamos casi 20 minutos».
La co-conductora no tardó en indagar, cuestionando si el primer mandatario «sabía todo». Con una broma, el entrevistado evadió la pregunta, pero rápidamente aclaró la intención de la llamada presidencial, afirmando que el presidente «estaba preocupado por la familia».
El empresario insistió en que el mandatario le estaba «Dándome consejos, ánimo. Por sobre todo ánimo». La situación se tornó aún más insólita cuando la presentadora acotó que el jefe de estado «qué nunca estuvo casado», como si eso invalidara su capacidad para dar consejos.
No obstante, el ex esposo de la diva defendió al líder político. «No, pero entiende», aseguró, y añadió su perspectiva: «Yo creo que es una buena persona. Cuando te siente persona y genera ese vínculo es muy generoso con sus emociones».
El legislador porteño también compartió su experiencia personal sobre el trato recibido por el jefe de estado. «A mi me ha tratado con mucho cariño siempre», afirmó, mientras los conductores continuaban su asombro ante la inaudita revelación.
Esta inesperada confesión, surgida de un contexto de dolor personal, añade una capa sorprendente a la figura del Presidente, mostrando un lado más cercano y preocupado por sus ciudadanos, incluso en el ámbito de sus relaciones personales.