“La danza del valle – Una historia oral de la danza en Catamarca 1962-2022” es el último libro de Víctor Aybar. Publicado por El Guadal Editora, se presentó en la Sala Calchaquí con la presencia de Carla López Berrondo y Gonzalo Reartes, uno de los responsables del sello.
Director del Ballet Folklórico Estable Municipal, docente en el profesorado de danza del ISAC de Géneros, estilos y tendencias de las Artes del Movimiento y maestrando de Tendencias Contemporáneas de la danza en la Universidad Nacional de las Artes (UNA), Víctor Aybar responde a lo que se caracteriza como artista- investigador en las actuales categorías de creación de conocimiento a partir de la experiencia.
Es mucho más que un profesional que lleva adelante sus tareas de coreógrafo y docente: investiga, reflexiona y escribe en torno del desarrollo de -en este caso- la danza en Catamarca y pudo hacerlo gracias a obtener una beca de Creación en Danza (2022) del Fondo Nacional de las Artes.
No es la primera vez que Aybar escribe sobre las artes del movimiento, pero sí es la primera en la que abarca y sistematiza un período de 60 años y lo hace a partir de las memorias de sus hacedoras y hacedores quienes, en muchos casos, ya frisan las ocho décadas de vida.
Esta elección de recuperar las memorias orales –sus modos de pensar y hablar- de los y las protagonistas de la historia, ofrece además una riquísima diversidad de miradas que expanden el conocimiento -de las generaciones presentes y futuras- tanto de las condiciones materiales en las que se desarrollaron como de los saberes que crearon o trajeron en sus derroteros de folklore, ballet, contemporáneo y expresión corporal.
Testimonio tras testimonio, incluidas las labores docentes en el campo privado y estatal, bailarines, coreógrafos, directores, agrupaciones, ballets –que se armaron y desarmaron en el tiempo-, cuerpos estables, participaciones individuales o colectivas en festivales, premios, giras y un largo etcétera, “La danza del valle- Una historia oral de la danza en Catamarca 1962-2022” traza un mapa habitado por otros veinte artistas investigadores: Jovita Fernández y Manolo Rodríguez, Pepe Díaz, Oscar Pérez, César Reinoso, Chichí Berrondo, Carlos Desanti, Juan Segura, Silvia Chalup Raiden, Silvia Zerbini, Silvia Búcari, Daniela Salamanca, Graciela Vega, Marimí Basso, Rita Soria, Paula Novaro, Carla López Berrondo, Gonzalo Reartes, Juan Pablo Tapia y Diego Argañaraz.
Algunas de esas voces subrayan más las dificultades de financiamiento y apoyos oficiales a lo largo del período comprendido. Ciertas, pero no una particularidad exclusiva de Catamarca. Los vaivenes de las políticas culturales, salvo honrosas excepciones, suelen ser parte del desarrollo desigual de las provincias mal llamadas periféricas y también de sus respectivas políticas partidarias.
Otras, destacan sus idas a formarse a otras provincias o a Buenos Aires y su regreso a trabajar en Catamarca. El dato no es menor porque expone una apuesta al desarrollo artístico local y derrumba el mito de centro-periferia en una provincia que arrastró décadas de expulsión poblacional.
La falta de una facultad de artes en la universidad local también es un factor cuya importancia no puede negarse. Provincias como Tucumán, Salta o Santiago del Estero, desde sus respectivas instituciones académicas, ya cuentan con memorias escritas de sus respectivas artes del movimiento. Esta primera recopilación de Víctor Aybar pone en negro sobre blanco que la danza en la provincia tiene una centralidad innegable que cruza el estrecho límite territorial y contribuye a borrar ausencias en la historia general de su desarrollo nacional.
Texto y Fotos: Colaboración de Gabriela Borgna