Mark Twain dijo: “Nunca discutas con un ignorante, te hará descender a su nivel y ahí te vencerá por experiencia”. Por eso, en vez de reducirnos a la talla baja del presidente, vamos a testear la resistencia de cada eslabón de su cadena nacional del 8 de agosto pasado frente a la corrosiva realidad.
* “La inflación se ha desplomado, a una tasa interanual del 25 por ciento”. Falso. En julio de 2025, la inflación interanual medida por la Ciudad de Buenos Aires fue del 41 por ciento, la más alta en cuatro meses.
* “Cerca de 6 millones de personas que no les alcanzaba para comer, hoy comen”. Según el Indec, al menos tres de cada cuatro de esas personas que “hoy comen” siguen con hambre. Y “sacamos de la pobreza a más de 12 millones de personas”, de las que entre 10 y 11 millones son imaginarias, según la misma fuente oficial, que, además, subestima la pobreza e indigencia, al darle un peso demasiado bajo a los productos que más subieron, como alimentos y medicamentos.
– “Los salarios privados le vienen ganando sistemáticamente a la inflación desde el mes de abril del año pasado”. A mayo de 2025 (último dato disponible), el salario formal (RIPTE) compraba menos que en diciembre de 2023 (incluso con la subestimada inflación del Indec).
* “No se puede arreglar en dos años lo que se destruyó en casi un siglo”. Al contrario, según la base Maddison (que suele usar Milei para sus delirios de largo plazo), el PBI por habitante argentino (ajustado por inflación) era en 2022 (último año disponible en esa base) cerca del triple que el de 1922, 1932 o 1942.
* “Los proyectos aprobados por el Congreso, si los sumamos todos (incluyen reinstalar la moratoria previsional, aumentar el salario de docentes y las pensiones por discapacidad, entre otros), representan un gasto anualizado de prácticamente 2,5 por ciento del PBI…implicaría un endeudamiento adicional de más de 300.000 millones de dólares”. El veto a jubilaciones/discapacidad (Decreto Nº534/25) estima el costo fiscal de las mismas en 1,68 por ciento del PBI, lo mismo que el Estado nacional dejó de recaudar por impuesto PAIS, Bienes Personales y retenciones a las exportaciones (sin contar otras renuncias fiscales como las del RIGI).
* “Somos el primer gobierno en 123 años que tiene déficit cero después del pago de intereses”. Falso. Sólo en el siglo XXI, según el Ministerio de Economía, el resultado financiero (luego del pago de intereses) del sector público nacional no financiero fue positivo entre 2003-2008 y en 2010 (y mucho mayor al de 2024 casi todos esos años).
La obsesión presidencial por el superávit fiscal permanente se contrapone con la realidad. Según el FMI, de sus 192 países miembros, en 2010-2019, la mitad tuvo déficit todos los años (incluido EEUU) y dos tercios en ocho o más de esos diez años. Solamente seis tuvieron superávit toda la década: Nauru (microestado insular); Singapur y Macao (Ciudades-Estado); Kuwait y Noruega (muy ricos en hidrocarburos) y Corea del Sur.
Por no ser de las fuerzas del cielo, desconocemos como será en “la galaxia entera”, pero en este mundo, el superávit fiscal permanente, es, claramente, la excepción, y no la regla.
La derecha ramplona que nos gobierna con sus políticas de desguace de la protección estatal condena a la mayoría de la población a no tener acceso a bienes y servicios básicos. Revertir esas políticas es una tarea urgente.
* Investigadores-docentes de la Universidad Nacional de General Sarmiento.