Saldo comercial favorable
Pese a que las importaciones subieron 17,7 % y las exportaciones sólo el 7,5% interanual, la liquidación de cosecha sostuvo el resultado positivo en julio
El intercambio comercial argentino arrojo saldo positivo en julio. El superávit fue de 988 millones de dólares, impulsado principalmente por una mejora en las exportaciones. Sin embargo, detrás del dato positivo se esconde una realidad más compleja: el avance de las importaciones y el impacto en la producción local, en especial en industrias como la metalúrgica.
Según informó el Indec, en julio las exportaciones crecieron un 7,5 por ciento interanual, alcanzando los 7727 millones de dolares, mientras que las importaciones totalizaron 6738 millones, un 17,7 por ciento más que en igual mes de 2024. Medidas sin estacionalidad, las ventas externas subieron 3,1 por ciento respecto de junio, mientras que las compras apenas aumentaron 0,1 por ciento.
Durante ese mes, el tipo de cambio oficial se movió con volatilidad. Subió un 14 por ciento punta a punta y un 6 por ciento promedio. A pesar de ello, consultores sectoriales aseguraron que el impacto del dólar en el comercio es limitado en el corto plazo. “Las exportaciones reaccionan con rezago, y lo importado en julio se demandó meses antes, con otro dólar”, se mencionó.
Al mismo tiempo, se subrayó que las importaciones parecen haber tocado un techo, más por la debilidad de la actividad económica que por restricciones cambiarias. “Desde diciembre, la economía está estancada. La industria y la construcción, que son grandes demandantes de bienes, siguen flojas”, se planteó.
A pesar del dato mensual positivo, el saldo comercial de julio fue menor que en 2024, cuando había alcanzado los 1458 millones de dólares. La baja se explica por un aumento más marcado en las cantidades importadas frente a las exportadas.
Además, si bien los términos de intercambio mejoraron (cayeron más los precios de lo que se compra que de lo que se vende), el crecimiento de importaciones de autos empujó el total hacia arriba, al tiempo que se redujeron compras de productos energéticos. Del lado de las exportaciones, destacaron los porotos de soja y las carnes, mientras que el petróleo y los envíos de autos mostraron caídas.
Los desequilibrios de la política cambiaria y el incentivo a la apertura irrestricta empieza a sentirse en déficit comerciales contra países como China. Se registró cifras récord de déficit. En julio, las importaciones desde el gigante asiático sumaron 1455 millones de dólares, un 48,1 por ciento más que en el mismo mes de 2024.
En el primer semestre del año, según estimaciones privadas, las compras a China ya acumulan 8297 millones de dólares, un salto del 80 por ciento interanual. En los informes sectoriales se detalló que «el déficit con China fue de 5227 millones en seis meses y podría superar los 12.000 millones en el año”.
La industria paga el costo
Este boom importador contrasta con una industria que no levanta cabeza. Según datos de la UIA, la actividad fabril opera 10 por ciento por debajo de 2023, mientras las importaciones de bienes de consumo crecieron un 32 por ciento. A su vez, los envíos por courier (compra directa del exterior) subieron 42 por ciento.
El sector metalúrgico ofrece un caso testigo. Según ADIMRA, la actividad se ubica un 15 por ciento por debajo de los picos históricos y el uso de la capacidad instalada está en apenas 45,2 por ciento, uno de los niveles más bajos de las últimas décadas. En junio, las importaciones de productos metalúrgicos fueron de 2140 millones de dólares, un 46,8 por ciento más que el año pasado. Dentro de ese total, China incrementó envíos en un 123 por ciento, alcanzando el 30 por ciento del mercado.