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Antídotos contra los tecno-oligarcas: la necesidad de recuperar los valores humanistas

-¿Por qué es tan grande el cambio aparejado por la IA?

-Es una nueva forma de pensar, es una tecnología que reemplaza a lo que sentimos que es más preciado en nosotros que es la inteligencia. De un año a esta parte, los últimos modelos post ChatGPT-4, la gran familia del ChatGPT-5 pero también DeepSeek y todas las otras IA usan técnicas que le agregan al modelo del lenguaje un modelo de razonamiento. Cuando las usamos nos permiten optar por la función de razonar. Es decir, ahora emula a las neuronas, pero con las neuronas consigue emular a las formas de razonar, y eso nos pone en un dilema ético. El segundo problema es que crece muy rápido. Nunca habíamos tenido una tecnología que creciese a este ritmo exponencial. A medida que mejora la eficacia, crece la velocidad con que la eficacia aumenta. Es un proceso que emula una explosión. Así vemos que las redes neuronales crecen a una velocidad enorme, que las computadoras mejoran a una velocidad enorme, y que los datos producidos por el ser humano año por año crecen. Entonces, tenés tres componentes esenciales en el machine learning de Inteligencia Artificial que son los algoritmos, las computadoras y los datos, y los tres crecen exponencialmente y es peligroso.

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-¿Cuáles serían las pautas de control o los límites para la IA, si es que los hay?

-Ese es otro dilema ético que tenemos: no sabemos cómo controlarlas y no tenemos muy buenas normas o consensos sobre cómo regularlas. Hay una presión muy fuerte de algunos países para no controlar y regiones como Europa que han decidido hacer una regulación muy fuerte. Esto tiene que ver también con cómo se proyecta cada sociedad frente al paradigma de la Inteligencia Artificial. Este tipo de decisiones de regulación afecta en la inversión. El capital no quiere invertir en lugares que regulan mucho. Pero el capital es tan versátil y tan globalizado y tenemos que tener en cuenta que la Inteligencia Artificial es hoy un actor clave en la geoestrategia del planeta. No es casual que cuando hablamos de los procesos de paz en la guerra de Ucrania o en África, en conflictos como el del Congo, atrás de ello siempre está la materia prima que va a hacer falta para la construcción de estas mega computadoras, sin las cuales no podemos entrenar estos modelos de Inteligencia Artificial. Es un desafío muy nuevo para la Humanidad.

-¿Esta revolución tecnológica es comparable a las anteriores?

-Esta es la cuarta revolución después de la modernidad. Vimos la revolución de la máquina a vapor, en el siglo XVIII en Inglaterra; la de la electricidad, siglo XIX en Estados Unidos; la de la computadora, siglo XX, y ahora aparece esta nueva. Si bien la inteligencia artificial es anterior, el momento donde se empieza a mostrar como una tecnología difícil de limitar, es a mitad de la primera década de este siglo 21, en 2006. Y como si no fuera preocupante la velocidad, estamos a las puertas de una nueva revolución tecnológica que va a ser la introducción de la computadora cuántica, con lo cual las placas gráficas van a ganar un factor enorme de mejora en términos de cómputo. Con respecto a la primera red neuronal moderna que trascendió, el trabajo que dio origen a esta evolución, o el que tuvo más impacto, se divulga en 1986. Lo publica Geoffrey Hinton, quien renunció a Google y se fue de ahí formulando duras acusaciones. Hinton es un psicólogo que sabe mucha física y mucha computación y publica un paper en el cual él nos da un algoritmo con el cual podemos construir la red neuronal a partir de datos. La primera red neuronal tenía 846 sinapsis o conexiones, en 1986. Hoy, la red neuronal “Llama 4”, que es de Meta, tiene dos millones de millones de parámetros o de conexiones… Nunca habíamos visto una tecnología en la cual, en 39 años, vos pasases a mejorar de 800 a dos millones de millones. Yo siempre pongo el siguiente ejemplo: el auto que inventó Karl Benz andaba a 16 kilómetros por hora y hoy un auto llega a 510, 520. O sea que se multiplicó muy poquito en 150 años. Ahora, si vos dividís 800 por la cifra mencionada antes te da que fue de miles de millones de veces la mejora que tuvimos en 39 años, y dentro de poco eso va a ir creciendo…

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-¿La ciencia es neutral? ¿Lo ha sido alguna vez, o lo será?

-No, la ciencia no es neutral. Cuando hacés un desarrollo tecnológico tenés que saber que se puede usar para el bien o para el mal, pero eso no significa que la ciencia sea neutral. Tampoco significa que uno tenga que rechazarla, que negarla. La tecnología está y es lo que nos ha permitido a los seres humanos construir las civilizaciones que tenemos hoy, en un período muy corto de tiempo si lo comparás con la historia de la especie en la Tierra. Ahora, con esta invitación que nos hacen estos actores globales, estamos ante un abandono de los valores humanistas. Estos valores han quedado perimidos según estos modelos anarquistas, ultra competitivos, que desprecian la democracia y la justicia social. Ese es el desafío que tenemos, sobre todo los países periféricos. La brecha entre los países desarrollados y los periféricos está creciendo y tenemos que encontrar una forma de construir nuevos paradigmas de buen vivir para nuestras sociedades. La pregunta es qué hacemos en un país periférico, dependiente como el nuestro, en un momento en que la ultraderecha ha conseguido construir un relato global y la izquierda parece desorientada ante este embate. ¿Cómo podemos plantearnos hacer de esta tecnología algo que realmente sea honestamente libertario, no como lo que me invita (Javier) Milei, que es a la ley de la selva? ¿Cómo poder librarnos del hambre, la discriminación, la pobreza, la marginación, del deterioro del planeta? Pienso que esta tecnología es una oportunidad, pero todavía no vemos cómo. Más bien te diría que sirve para todo lo contrario.

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