Empezó el baile, cada quién desea imponer su coreografía y se ponen en marcha las estrategias para imponerse en la competencia del próximo 26 de octubre. Ese día se votará para elegir nueve diputados nacionales en toda la provincia.
El peronismo advirtió que la lista de La Libertad Avanza no tiene figuras taquilleras y por eso deberá apelar al soporte de Javier Milei. Pero hay un dato que cobra más relevancia con el paso de los días: el Presidente atraviesa un vendaval que no se sabe dónde terminará.
Hasta hoy el escándalo por supuestos hechos de corrupción en la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis) terminan en Karina Milei. Aunque no sería una sorpresa si llega hasta la máxima esfera del poder en la Argentina.
Los arquitectos de la campaña de Juan Schiaretti aprovechan esto y, sin declaraciones contundentes, tratan de sacar partido usando el trajecito de la moderación: “Hay que dejar que la Justicia actúe”.
Milei tambalea en campaña y el golpe lo tiene sentido, incluso en Córdoba, donde las encuestas marcan una retracción de su imagen. El peronismo trata de marcar la cancha no sólo en el terreno de disputa con los libertarios sino que también avanza sobre Natalia De la Sota y el radicalismo.
La conexión Massa
Aprovecha su poderosa estructura de organización y manifestación para acorralar a sus antagonistas con maniobras, algunas clásicas, y otras novedosas.
En los últimos días comenzó a hablarse de supuestas conexiones entre el exdirector de la Agencia Nacional de Discapacidad, Diego Spagnuolo, con el massismo. Y Sergio Massa es señalado por el peronismo de solventar la campaña electoral de De la Sota, con lo cual sólo deben atarse los cabos.
La conexión entre Massa con Natalia intentará ser usada como un talón de Aquiles durante toda la campaña, aunque seguramente los principales candidatos evitarán hablar del tema.
La diputada, que busca su reelección, decidió tomar un gran riesgo porque al salirse de las estructuras del peronismo oficialista, ahora tiene que luchar contra Schiaretti y con el kirchnerismo, agrupación con la que también compite en esta interna grande del justicialismo. Y por si fuera poco, en los departamentos del sur, otro delasotista histórico como Edgar Bruno, tratará de pescar en la misma pecera. Se podrá decir que el intendente de Canals no preocupa, pero todo voto que se pierda en una ventaja para el rival aunque no reciba el tributo directo.
Y en esta elección que se presume reñida en todos los pelotones, un sufragio se cotiza a valor oro en el mercado electoral. La gran incertidumbre es conocer la razón por la cual Natalia decidió alejarse de la estructura oficial. Ella explica con argumentos políticos, aunque habla poco y sin hacer demasiadas valoraciones sobre su gran fastidio cuando no fue elegida hace casi dos años para ser candidata a vicegobernadora, motivo que es considerado como una posible razón de peso por buena parte de la dirigencia peronista. También se listan razones personales, sobre todo con Schiaretti. Tal vez, nunca se termine de saber la verdad completa.
Schiaretti y sus generales de campaña tratarán de explotar al máximo la casi nula estructura del delasotismo para rasparle la mayor cantidad de votos posible. “Ella (por la diputada) no tiene casi estructura entonces trataremos de sacarle jugo a ese flanco débil… hoy no tener tantos fiscales carece de relevancia con la boleta única, pero a la gente hay que convencerla de ir a votar y a veces hasta acompañarla”, se sincera un dirigente justicialista.
Lo propio pasa con La Libertad Avanza, que tampoco tiene estructuras políticas sólidas. Sin Rodrigo de Loredo ni Luis Juez (dijo que apoyará pero hasta el momento no se ve su participación), y con los escándalos que golpean a los Milei, el peronismo avanza.
Natalia de la Sota: «El peor presidente es Milei, no tengo ninguna duda»
Después está el radicalismo, con Ramón Mestre a la cabeza. El exintendente de Córdoba es ducho en la práctica de militar el territorio y no hay que subestimarlo. Su apuesta es discutir palmo a palmo con De la Sota, para llegar en tercer lugar y ocupar la novena banca. Siempre y cuando peronistas y libertarios se repartan las ocho restantes.
El peronismo tradicional le dio un golpe duro a la UCR con la incorporación de intendentes radicales, aunque después habrá que ver si trabajan en la campaña de acuerdo a lo que prometen. De todas maneras, la UCR sufre un daño. Este jueves, Schiaretti fue a Corrientes para hacer campaña por el candidato a gobernador Juan Pablo Valdés, hermano del gobernador Gustavo Valdés, de origen radical pero que este fin de semana se sumó a Provincias Unidas.
El reparto de bancas comienza a ser uno de los temas estratégicos de los comandos de campaña, aunque debe aclararse que recién en los 30 días anteriores a los comicios las encuestas de intención de voto tienen importancia real. Antes sólo puede haber percepciones, valoraciones de gestión o juzgamiento de imágenes. A partir de este momento comienza una etapa definitoria.
Schiaretti se mostrará como un tipo común y Natalia se esfuerza en volver a las fuentes, recordar a su padre José Manuel cada vez que pueda y usar otra vez la tradicional marcha. También Provincias Unidas aprovecha y recupera símbolos partidarios.
Detrás queda el kirchnerismo, que en una primera mirada se ve débil y envuelto en internas casi insoportables, aunque un sector del llaryorismo indica que “conservará casi todo su voto duro”. En fin, para ver de qué pierna cojea el rengo, hay que verlo caminar.