La fábrica se presenta como un nuevo punto de referencia en el rubro textil. Allí se confeccionan y comercializan distintos productos, con la particularidad de ofrecer precios de costo, lo que amplía el acceso a consumidores y empresas que demandan indumentaria de trabajo.
El emprendimiento recibió financiamiento del Instituto Municipal de Emprendedores (IME). Los propietarios accedieron a un crédito de 5 millones de pesos y a un aporte no remunerativo de 1,5 millones, que se destinaron a la compra de insumos y al fortalecimiento del taller.
Luis Guzmán, uno de los dueños, relató cómo nació el proyecto. Explicó que lo inició junto a su hermano y un amigo: “Compramos la tela, la traemos, la cortamos, la confeccionamos, la estampamos y la vendemos por mayor y menor”. También remarcó la importancia de producir uniformes y ropa de trabajo a precios accesibles.
Desde el área de Economía Social señalaron que el taller no solo vende en su propio local. También articula con cooperativas textiles, lo que amplía la generación de empleo y la cadena de trabajo en la ciudad.