También el 7 de septiembre se celebra a San Clodoaldo (conocido popularmente como San Cloud en Francia), un príncipe franco que renunció a su derecho al trono para abrazar la vida monástica y eremítica en el siglo VI. Su historia es un conmovedor relato de fe y desapego del poder mundano.
Clodoaldo era nieto de Clodoveo I, el primer rey de los francos en convertirse al cristianismo, e hijo del rey Clodomiro de Orleans. Tras la muerte de su padre, sus tíos, los reyes Childeberto y Clotario, asesinaron a sus hermanos para dividir el reino. Clodoaldo, entonces un niño, fue milagrosamente salvado y escondido.
Al crecer, Clodoaldo se dio cuenta de los peligros y las vanidades del poder real. En lugar de reclamar su herencia, decidió cortar su larga cabellera (símbolo de su linaje real) y se retiró a la vida religiosa, dedicándose a la oración y la penitencia. Vivió como ermitaño cerca de París, donde fue ordenado sacerdote por el obispo de París, San Eusebio.
Con el tiempo, muchos discípulos se reunieron a su alrededor, y fundó un monasterio que hoy lleva su nombre, Saint-Cloud. San Clodoaldo es venerado como un ejemplo de humildad, renuncia y búsqueda de Dios por encima de las riquezas y el poder terrenal. Falleció alrededor del año 560.