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Los gobernadores salen a la cancha en el último tramo de la campaña

domingo, 19 de octubre de 2025 01:50

En un contexto marcado por la tensión entre la Casa Rosada y las provincias, los gobernadores se pondrán al frente del sprint final de la campaña hacia las elecciones que renovarán la mitad del Congreso. Todos asumieron ese rol desde el primer momento porque saben que, con las bancas, cada uno de ellos se juega el futuro de su relación con Javier Milei.

El Presidente es la cara de la campaña de La Libertad Avanza en todo el país. Protagoniza los spot y empapela con su cara las ciudades buscando la mímesis en cada uno de sus postulantes locales, inclusive en los distritos de los gobernadores con los que tejió alianzas, Leandro Zdero (Chaco), Rogelio Frigerio (Entre Ríos) y Alfredo Cornejo (Mendoza), que cedieron su protagonismo en ese plano.

La situación obligó al resto de los mandatarios provinciales a salir a jugar con fuerza al territorio, ante el riesgo doble que representa una derrota en el turno electoral de octubre: el triunfo libertario implicará la proyección de referentes que en 2027 podrían representar una amenaza concreta para la continuidad de sus proyectos provinciales.

La contienda del domingo 26, elección que pone en juego 24 bancas en el Senado y 127 en Diputados, terminará de dar forma a la armadura legislativa con la que los gobernadores saldrán a dar pelea para sostener su poder de negociación con el Presidente. Para defenderse cuando haga falta y para atacar cuando resulte necesario.

Dadores de gobernabilidad durante la etapa naciente de la gestión libertaria, el conjunto de gobernadores no peronistas que Milei alguna vez consideró sus aliados golpearon la mesa en 2025 ante la estrategia de la Casa Rosada, que plantó listas en todas las provincias del país. 

La manifestación de ese enojo, que se sumó a los recortes presupuestarios y al corrimiento del Gobierno de algunas áreas centrales para las administraciones nacionales, se expresó en el Congreso.

Cuando las tropas provinciales empezaron a cuestionar las políticas libertarias y le corrieron el cuerpo al apoyo legislativo, la Casa Rosada no pudo avanzar más con ninguno de sus proyectos. Con todo, la postura no fue una sola. 

Las negociaciones siguieron y algunos debates encontraron matices para arribar a acuerdos que beneficiaron a ambas partes. En los grandes temas como la Emergencia en Discapacidad o el Financiamiento Universitario, el quiebre quedó en el centro de la escena.

La expresión más clara de esa puesta la corporizan los seis gobernadores que integran Provincias Unidas. Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Martín Llaryora (Córdoba), Ignacio Torres (Chubut), Claudio Vidal (Santa Cruz), Gustavo Valdés (Corrientes) y Carlos Sadir (Jujuy) se metieron a los codazos a terciar en la polarización entre La Libertad Avanza y Fuerza Patria. Nacionalizaron las campañas provinciales y mandaron a la cancha a jugadores centrales como la vicegobernadora Gisela Scaglia (Santa Fe), su par de Chubut Gustavo Menna, y en Córdoba al tres veces gobernador Juan Schiaretti.

Afuera de Provincias Unidas, en la Patagonia norte Alberto Weretilneck (Río Negro) y Rolando Figueroa (Neuquén) pusieron también a sus principales laderos al frente de las listas provinciales. 
Si bien ninguno tomó el rol protagónico que asumió el tucumano Osvaldo Jaldo, primer candidato en la lista de su provincia, los

gobernadores peronistas salieron a comerse el territorio para marcar las diferencias con La Libertad Avanza. Axel Kicillof (Buenos Aires), Sergio Ziliotto (La Pampa), Gildo Insfrán (Formosa) y Ricardo Quintela (La Rioja) conjugan el estilo que les permite hacer base en la gestión provincial.

La falta de liderazgo nacional en el peronismo se expresa en ese bloque de gobernadores. 

Ese grupo irá a las elecciones con cinco sellos distintos, aunque todos contarán con el aparato del PJ a su disposición.

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