miércoles, 5 de noviembre de 2025 09:11
Un grave episodio de violencia escolar sacudió a la comunidad educativa del Colegio San Buenaventura en Río Cuarto, provincia de Córdoba. Un alumno de la institución fue suspendido y debió ser cambiado de división luego de arrojar agua caliente a un preceptor, un acto que no solo le provocó lesiones leves, sino que también dejó al trabajador con la necesidad de iniciar un tratamiento de apoyo psicológico ante la situación vivida.
El ataque y el impacto en la comunidad
La agresión ocurrió durante la jornada escolar del miércoles de la semana pasada. Según se conoció en las últimas horas, el menor le arrojó agua hirviendo a la autoridad escolar, lo que fue atendido y contenido de inmediato por las autoridades de la escuela. El hecho recién se hizo público este martes, cuando los directivos de la institución riocuartense emitieron un comunicado oficial para «clarificar algunas versiones que comenzaron a circular».
El texto de la institución confirmó que la situación fue un «episodio en el que un estudiante arrojó agua caliente sobre un preceptor», y aseguró que se continúa trabajando institucionalmente con todas las partes involucradas. La gravedad del caso quedó evidenciada con las lesiones leves sufridas por el preceptor y la necesidad de recibir tratamiento psicológico debido al impacto emocional.
Carteles de apoyo y llamado a la responsabilidad
Tras conocerse el incidente, este martes la escuela amaneció con diversos carteles colocados en la puerta del establecimiento, manifestando apoyo hacia el preceptor.
En su comunicado, la comunidad educativa hizo un fuerte llamado a la responsabilidad, recordando que en este hecho intervienen un menor de edad y personal de la institución, por lo que rige plenamente la obligación legal de resguardar su identidad, imagen y su intimidad (Ley 26.061). Por ello, instaron «a los medios, a las cuentas de redes ya las familias a no compartir nombres, cursos, fotos, audios ni detalles que permitan identificar al alumno o al docente».
Finalmente, el colegio pidió respeto hacia la comunidad educativa, que afronta el episodio «con dolor y profesionalidad», y concluyó que el incidente es una oportunidad para «renovar, como enseñaba San Francisco, el camino de la paz y el bien».
