La paz es un anhelo generalizado, y por esa razón desde hace 8 años se celebra el 16 de mayo el Día Internacional de la Convivencia en Paz. Se instituyó ese día a través de una resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Lamentablemente, la conmemoración de este año se da en un contexto global de persistencia de un altísimo nivel de conflictos armados y de incremento sostenido de los gastos en armamentismo.
Según el último informe del Índice de Paz Global, que publica el Institute for Economics and Peace, el mundo enfrenta en la actualidad 56 conflictos armados simultáneos, la cifra más alta desde la finalización de la Segunda Guerra Mundial. El trabajo también señala que 92 países están involucrados en enfrentamientos fuera de sus fronteras.
“El aumento en el número de conflictos menores incrementa la probabilidad de que surjan conflictos mayores en el futuro. Por ejemplo, en 2019, Etiopía, Ucrania y Gaza fueron identificados como conflictos menores”, menciona el Índice de Paz Global.
Además del enorme costo en vidas y humanitario, los conflictos armados tienen un impacto económico notable, al punto que alcanzó en 2023 –última medición-, el 13,5% del PBI mundial. En ese año, los muertos en conflictos armados llegaron a 162.000, la cifra más alta de los últimos 30 años.
Un dato positivo del informe se vincula con la situación de nuestro país. Argentina es el único país sudamericano que se encuentra entre los 50 países más pacíficos del mundo.
Respecto del gasto militar, a nivel global alcanzó el año pasado los 2,7 billones de dólares en lo que constituye el mayor incremento anual desde el final de la Guerra Fría. Los datos son de un informe del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo, que consigna además que el aumento, del 9,4% respecto de 2023, es el décimo año consecutivo de incremento mundial en los presupuestos de defensa. “La carga militar mundial, es decir, el porcentaje del PBI global dedicado a defensa se situó en el 2,5% en 2024”, indica el trabajo.
En este contexto sombrío es imprescindible recobrar la esperanza y que las naciones del mundo y los organismos supranacionales hagan mayores esfuerzos por establecer canales de diálogos entre los países en conflicto y también entre religiones y culturas. El nuevo Papa de la Iglesia Católica, en sus primeros pasos en el pontificado ha exhibido su vocación de mediador en conflictos armados, continuando con la prédica de su antecesor, Francisco. “La Santa Sede está disponible para que los enemigos se encuentren y se miren a los ojos, para que se devuelva a las personas la esperanza y la dignidad que merecen, la dignidad de la paz”, dijo León XIV.
Es de esperar que el deterioro de la paz mundial de los últimos años revierta su tendencia y se avecinen años de mayor tolerancia, empatía y paz a nivel mundial.