Nazarena Vélez abrió su corazón y, con la sinceridad que la caracteriza, habló sobre los inicios de su carrera artística, marcados por la exposición, las exigencias económicas y la lucha contra los prejuicios. En una entrevista con Guido Kaczka para No está todo dicho, la actriz se refirió a los momentos de incomodidad que vivió.
Estos momentos sucedían cuando hacía fotos eróticas para revistas como Playboy: «Iba a mostrar mi cuerpo entero, a hacer Playboy, porque dije: ‘Yo la voy a ganar toda’”, recordó Nazarena sobre una de las decisiones más osadas de su carrera, luego de tener un terrible accidente en pleno vivo de LAM.
Sin embargo, detrás de esa postura decidida, había una joven madre cargada de inseguridades y vergüenzas. Cuando el conductor le preguntó si sentía pudor al posar sin ropa, Vélez no dudó: “Sí, mucha, porque soy muy acomplejada con mi cuerpo y tenía que desnudarme delante de una productora, y de un fotógrafo…”.
Esa incomodidad se acentuaba por su rol de madre: “Me daba mucha vergüenza por mis hijos. Yo soy mamá desde los 19, era muy chiquita”, explicó al hablar de la llegada de su hija Barbarita. Además de las presiones estéticas y la sobreexposición, Nazarena habló con honestidad sobre el aspecto económico que la empujó a tomar esos trabajos.
“¿Por qué pensás que te gusta tanto la plata?”, le preguntó Kaczka. Y ella fue clara: “Porque la necesito como el argentino promedio. No es que me encanta, yo no soy millonaria”. Con la transparencia que la caracteriza la modelo que se casó por cuarta vez admitió: “Lo que no me gusta es estar pensando en plata».
Y siguió: «A mí me pasó mucho de pensar: ‘Uy, ¿cómo pago la obra social?’ Y no quiero pensar en eso. Estuve dos años sin pagar expensas, me daba vergüenza”. Desde muy joven supo que quería ser independiente: “Me gusta tener la plata, gastarla para lo que se tiene que gastar».
Es así que explicó: «Entonces siempre fui muy independiente. Empecé a los 14, a los 15 ya trabajaba con Gerardo (Sofovich) para no pedirles plata a mis viejos”. En otra entrevista, Nazarena también se refirió a las situaciones de abuso de poder que atravesó al comenzar en el ambiente artístico.
En diálogo con un canal uruguayo, afirmó: “Era lógico que un tipo te persiga y que a cambio de un trabajo se quiera acostar con vos”. Pero aprendió a poner límites: “Tenías que armarte un carácter porque si no te pasan por encima, te pisan, más cuando decidí mostrar el cuerpo. La típica ‘te pusiste la pollerita’, eso me hizo forjar mucho carácter”.
Hoy, con años de trayectoria, Nazarena no duda en elegir con quién quiere trabajar: “Cuando no quiero trabajar con una persona digo ‘bueno, yo no vengo’. A mí me gusta pasarla bien, la vida fue muy dura conmigo, entonces cuando la vida se pone linda, buscarte momentos incómodos me parecen innecesarios”.