viernes, 1 de agosto de 2025 18:00
En una comunicación exclusiva con El Esquiú, un bombero voluntario de Tinogasta describió el difícil momento que se vive en Laguna Blanca, donde los fuertes vientos Zonda provocaron destrozos y dejaron a más de 20 turistas varados. No hay agua, no hay luz y el operativo de rescate está demorado por las condiciones climáticas.
Un bombero voluntario de la ciudad de Tinogasta, que también se desempeña como guía turístico, se encuentra en Laguna Blanca acompañando a un grupo de más de 20 turistas. En comunicación con El Esquiú, describió con urgencia la situación que atraviesan.
“Estamos dados a muchas tareas aquí. Yo estoy en Laguna Blanca como guía, he llegado con turistas y ahora ya prestando también servicios como bombero”, relató.
Según explicó, el viento comenzó en la madrugada del jueves y no ha cesado desde entonces.
“Ha empezado como a las 3 de la mañana un viento tremendo, un Zonda tremendo que no ha parado de correr en intensidad y en tiempo, con ráfagas de 100, de 120 y hasta de 160 kilómetros por hora.”
El fenómeno causó graves daños materiales en la localidad.
“Están todos los vehículos con los vidrios rotos, estallados los vidrios de los vehículos”, contó desde la hostería local, donde se encuentra junto a los visitantes.
Además del viento extremo, los equipos de emergencia se enfrentan a otra dificultad crítica: la falta de agua y de energía eléctrica.
“La verdad que la situación es apremiante, dado que se acerca la noche. Todos los pronósticos dicen que va a ser muy, mucho frío esta noche, entonces ojalá que todo el operativo de rescate se pueda dar antes de que llegue la noche.”
El bombero detalló que están en contacto con sus superiores y con el COE, que comanda las acciones para llevar a cabo la evacuación.
“Estamos en permanente espera de todo el operativo que se está montando de manera acelerada y con toda la mejor actitud. En Barranca Larga están esperando una ventana de viento los compañeros para poder ingresar y efectuar los rescates.”
Por momentos el viento disminuye, pero vuelve con fuerza al poco tiempo.
“Aquí el viento no amaina. Solo por momentitos calma un poco y después vuelve a sus ráfagas de arriba de 120.”
Esperan ayuda antes de que caiga la noche
Los turistas permanecen dentro de la hostería, a resguardo, pero la falta de agua, el frío que se intensificará por la noche y la imposibilidad de evacuar por tierra o aire hacen que la situación sea crítica.
El mensaje del bombero es claro: la situación es desesperante y el tiempo corre en contra. Desde el lugar, pidieron que se difunda el estado de emergencia para que llegue la ayuda lo antes posible.