martes, 19 de agosto de 2025 13:47
En la segunda jornada del juicio por jurados que investiga el homicidio de Marcelino Pachado, ocurrido en febrero de 2017, dos testigos directos involucraron de manera contundente a la familia Barros en la brutal golpiza que terminó con la vida de la víctima.
Una mujer, expareja de uno de los hijos de Cristian Barros padre, relató que aquella noche vio cómo los imputados atacaron a Pachado con palos y hierros, y aseguró que luego ocultaron los elementos utilizados bajo un árbol en el fondo de la vivienda. Al ser consultada por la defensa de Gustavo Varela, la testigo remarcó que no lo vio presente en la escena del crimen.
Otro de los testimonios claves fue el de un yerno de Barros padre, quien también dijo haber presenciado la agresión contra Pachado dentro de la casa familiar, aunque reconoció no recordar con exactitud todos los detalles. El hombre agregó que semanas después, el propio Barros padre lo apuñaló en otro episodio de violencia.
En la audiencia también declaró el médico legista, Dr. Andrada, quien explicó que durante la internación Pachado sufrió complicaciones respiratorias e infecciosas derivadas de los golpes. La autopsia reveló lesiones graves: fractura de mentón, múltiples traumatismos, maniobras compatibles con estrangulamiento manual y signos de asfixia. “Después de la golpiza, si hubiera recibido asistencia inmediata, podría haber sobrevivido. Pero el daño cerebral por la falta de oxígeno lo sentenció”, concluyó.
La fiscalía presentó ante el jurado popular fotografías de la autopsia que muestran las lesiones en el rostro de la víctima. Según el informe médico, lo determinante para la muerte fue la asfixia posterior a la agresión.