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La dirigente que se aferra al sillón de la Mutual Municipal y goza de inexplicable protección

Inés del Valle Visñovesky lleva 26 años de sus 65 como presidenta de la Mutual Municipal y del Concejo Deliberante de la Capital. En ese tiempo, la manejó como si fuera su kiosco: se autodesignó empleada con un sueldo envidiable, no paga la cuota societaria como el resto y ni siquiera figura en el padrón de socios activos. Aunque fue expulsada de la presidencia -y repudiada- por una mayoría de afiliados, ella consiguió frenar su salida. Pero la normalización parece estar en ciernes: la comisión directiva fue intimada a realizar otra asamblea este año para elegir autoridades. Mientras, los servicios a casi 2.000 trabajadores están a punto de cortarse por falta de pago.

Visñovesky pudo sortear sucesivos momentos críticos que tuvo la mutual, sobre todo en lo que respecta al cumplimiento con los proveedores, gracias a que el municipio capitalino le transfiere en tiempo y forma los aportes que descuenta a los socios. Y además tiene los sueldos al día. Es decir, a la mutual le alcanzaba con tener alguna prolijidad en la administración de los recursos.

Sin embargo, hace dos años comenzaron los problemas con la prestación de servicios, principalmente supermercados, combustible, farmacias e indumentaria. Los proveedores no cobraban a tiempo y empezaron a suspender la atención a la mutual. Como era de esperar, los socios expresaron su disconformidad con la gestión de Visñovesky. Sospechaban que estaba enriqueciéndose a costa de sus aportes. Allí comenzó el declive de la jefa de la mutual: había perdido la confianza de sus “administrados”.

Fachada de la mutual municipal y del Concejo Deliberante. Esta semana bajó sus persianas.

Con el final del mandato en diciembre pasado, 2025 iba a ser un año arduo para las pretensiones de Visñovesky. Y en efecto así fue hasta la fecha: ya hubo tres asambleas fallidas para aprobar los balances de 2024 y designar nuevas autoridades al frente de la Mutual Municipal y del CD. En todas hubo escándalo, acusaciones y denuncias penales cruzadas. La gran mayoría de socios rechaza su continuidad, pero ella se las ingenió, mediante argucias legales y alguna complicidad administrativa, para resistir e incomodar al Consejo directivo alterno.

Tres intentos frustrados

En lo formal, la Mutual está regida por dos organismos oficiales: en la provincia, por la Dirección de Acción Cooperativa y Mutual; y en el ámbito nacional, por el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES).

Frente a los conflictos suscitados, en mayo pasado el director de Acción Cooperativa, Gustavo Aparicio, tomó intervención por las diferencias entre los órganos de administración y fiscalización de la mutual e instó a que se convoque a una asamblea ordinaria para normalizar la institucionalidad.

La sucesión de asambleas con sus respectivos bretes fue la siguiente:

  • 14 de junio:

Fue convocada por el Consejo Directivo, pero sin embargo la documentación estaba incompleta. Por caso, las listas no habían sido oficializadas según lo establece el Estatuto.

Visñovesky encabezaba la lista N°1 “Naranja”, mientras que el sector opositor estaba en la lista “Amarillo Limón”. Para el apoderado legal de la mutual, Miguel Sarli, solo la primera estaba en condiciones de ser oficializada.

Por supuesto, tal consideración fue resistida por la lista opositora, que acudió al órgano provincial a denunciar irregularidades. Una de ellas era que, increíblemente, Visñovesky no figuraba en el padrón de socios activos.

Ante eso, la Dirección provincial recomendó postergar la asamblea para evitar que posteriormente sea declarada inválida. Aun así, la presidenta de la mutual siguió adelante.

Pero, como era de prever, se produjeron disturbios ante la exclusión de la lista opositora y la asamblea… fue declarada inválida.

  • 25 de julio:

Con la lista “Amarillo Limón” oficializada en tiempo y forma, incluso en presencia de un veedor del órgano local, la asamblea contó con la participación de 573 socios, un verdadero récord.

La lista “Naranja” no participó. De hecho, Visñovesky ya había convocado a otra asamblea para el 9 de agosto.

Por unanimidad y aclamación, los socios votaron a favor de la expulsión de Visñovesky y de su vocal colaborador, Ramón Salvador Vildoza, quien a su vez ya había sido expulsado en febrero pasado por “conductas inapropiadas”.

Pero la presidenta impugnó la asamblea por cuanto su expulsión no había sido incluida en el “orden del día” de la convocatoria.

Aunque el cónclave fue formalmente válido, quedó cuestionado por incluir temas no previstos.

La expulsión de Visñovesky fue firmada por María Elena Sosa (Tesorera), Iris Lorena Rodríguez (secretaria), María del Valle Gómez (vocal titular), Hugo Agüero (vocal suplente), Fernanda Fuenzalida (vocal suplente) y los fiscalizadores Rodrigo Rodríguez Romero, Marta Araya, Marcelo Orellano y Ángel Zalazar.

  • 9 de agosto

Fue convocada por la presidenta expulsada y una minoría que la respalda. Pero no se pudo llevar a cabo porque la sede había sido tomada por el sector opositor, el cual de hecho se identificaba ahora como nuevo oficialismo.

Hubo disturbios ya que le impidieron el ingreso a Visñovesky, y tuvo que intervenir la Policía. Finalmente no se llevó a cabo. La tercera no fue la vencida.

Visñovesky abandona la sede de la mutual en un móvil policial con documentación en mano.

Si bien la Dirección provincial envió veedores a las asambleas, en la práctica, asegura, no puede hacer más que fiscalizar, recomendar y remitir las actuaciones al INAES para que resuelva. Y este así lo hizo.

Resolución del INAES

El pasado miércoles 24 de septiembre, el organismo nacional dictó una resolución que no cayó bien al Consejo Directivo de la mutual, pero que en definitiva representa la única salida ordenada una crisis institucional sin precedentes.

Por un lado, el INAES declaró la irregularidad e ineficacia administrativa de todos los actos asamblearios convocados para los días 14/06, 25/07 y 09/08 de 2025. E intimó a las autoridades electas a convocar a una nueva asamblea dentro de 60 días.

Y esta vez, para garantizar que todo se lleve adelante como corresponde, dispuso realizar una veeduría desde la publicación de la convocatoria hasta la culminación del acto.

Entre las principales recomendaciones figuran: respetar plazos estatutarios y legales de la convocatoria; incluir todos los temas en el orden del día para evitar nulidades; garantizar transparencia, seguridad y participación democrática; y notificar fehacientemente toda resolución sancionatoria.

Extraño status

La situación laboral de Visñovesky en la Municipalidad de la Capital es verdaderamente incomprensible. Entre 2003 y 2008 estuvo con licencia para ocuparse de su cargo en la mutual. Pero a su término debía reincorporarse. No lo hizo y por lo tanto en la comuna le abrieron un sumario por ausencias sin aviso.

¿Qué ocurrió después? En teoría, correspondía que se le aplicara la cesantía, pero no fue así. Su legajo está archivado, sin resolución, en la Dirección de Recursos Humanos, a cargo de Sergio Gallo. Algunos aseguran que renunció al cargo de planta, pero eso no consta en ningún lado.

Inés Visñovesky muestra sus medallas en una competencia de running.

En el sistema de la mutual, Visñovesky figura como empleada de la institución desde hace 11 años. Es decir, se designó a sí misma. Hoy su sueldo es de $2.100.000. La situación es atípica, cuando no directamente ilegal: para ser miembro de la mutual debe ser empleada municipal.

Pero aparte, tampoco aporta la cuota social como el resto de los 2.000 afiliados a la mutual. Quizás por eso no figura en el padrón de socios activos.

Sin embargo, en una de las asambleas la mujer se instaló en el ingreso de la sede de Tucumán al 200 con una computadora y se permitió tachar a sus rivales con el argumento de que no podían participar porque tenían “saldo negativo” en su cuenta de gastos, cuando en realidad solo alcanzaba con que tengan la cuota al día. Sin dudas, audacia no le falta.

Los integrantes del Consejo Directivo aseguran que cuando le cerraron la puerta de la mutual, Visñovesky montó su “base” en el estudio jurídico de Sarli, el abogado histórico de la mutual. Por eso que decidieron contratar a Luis Tomassi, otro letrado del medio, para hacer sus propias presentaciones.

Antes de ser desalojada, la presidenta de la mutual se llevó consigo (“secuestró”, dicen sus rivales) toda la documentación de la entidad, desde los libros de actas hasta el padrón de socios. Tal cosa no le valió ninguna reprimenda, pese a las denuncias.

Los más afectados

Otro capítulo de la pelea es el manejo de las cuentas bancarias. La comisión directiva había conseguido habilitar nuevas cuentas para seguir operando con los prestadores de la mutual, pero Visñovesky fue al Banco Nación y realizó un reclamo formal por “uso indebido” del dinero de la institución. Y amenazó con una denuncia penal que nunca presentó. Para evitar inconvenientes, el banco bloqueó las cuentas.

El pasado jueves 25 debía producirse la denominada “apertura del sistema” de la mutual, esto es, la habilitación para que los socios puedan seguir comprando alimentos, nafta y gas, farmacias y ropa en el siguiente periodo. Pero no se pudo concretar por esta indefinición que vive la mutual.

Este cartel fue pegado en el frente de la mutual el jueves pasado, tras recibir la intimación oficial.

El problema grave es que la institución no está pagando los servicios a los prestadores y ya acumula una deuda cercana a los $300 millones. Aunque no está confirmado, es posible que sea aún mayor. Por caso, una orden de pago en un solo local de indumentaria supera los $21 millones.

En suma, si los pagos a los prestadores no se normalizan a la brevedad, lo que sigue será el corte de servicios a los trabajadores municipales. Como siempre, el hilo se corta por lo más fino.

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