jueves, 16 de octubre de 2025 02:07
La Capital catamarqueña, único distrito que tiene el debate preelectoral institucionalizado, tanto para la categoría intendente como para los concejales, cumplió con el mandato de la ordenanza respectiva y desarrolló ayer el acto democrático, celebrado en el Complejo Cultural Urbano Girardi.
El debate se extendió durante dos horas y media y se realizó sin público y sin invitados especiales, pero con una transmisión en vivo de libre acceso. Tanto la organización como la conducción y el desarrollo del encuentro se cumplió sin inconvenientes y con una impecable puesta técnica.
También los candidatos, que firmaron previamente un acta de compromiso, mostraron un comportamiento excelente y no se registraron incidentes de ninguna clase.
El gran contratiempo para esta clase de discusiones es la enorme cantidad de postulantes y lo acotado del tiempo para desplegar ideas o propuestas.
Ayer fueron 39 los candidatos que se presentaron, y en realidad son muchos más, pero por una cuestión de orden se tomaron tres representantes de cada una de las listas que participarán en los comicios del próximo 26 de octubre.
Considerando la abundancia de oradores, el mecanismo elegido por la organización permitió que todo se desarrollara en orden, pero sin mayores posibilidades de profundizar en ningún concepto.
Intervenciones muy breves y rotaciones permanentes de expositores, se tornaron paulatinamente demasiado extensas y por momentos tediosas. De hecho, la transmisión culminó con menos de 100 personas mirando en redes, y en ningún momento superó los 150 espectadores.
Sobre el contenido de las propuestas, fue un despliegue de buenas intenciones, con algunos temas recurrentes como el trabajo y la situación económica, pero casi no hubo chicanas o cruces fuertes.
Los candidatos mostraron una preparación mejor a la observada en años anteriores, más allá de que muchos optaron por leer en lugar de hablar sin apoyos de memoria.
Hubo un sistema para intercambio de preguntas entre candidatos al margen del discurso que cada uno tenía elaborado, pero como las preguntas se acumulaban y después se respondía todo junto, tampoco hubo roces.
Entre los más sólidos se mostró el primer candidato de Fuerza Patria, Gustavo Aguirre, algo lógico por su extensa experiencia frente a contendientes que por primera vez participan.
Por ejemplo, varios candidatos opositores apostaron fuerte a instalar la situación de los precarizados, un tópico que se reiteró insistentemente, pero cuando Aguirre respondió prácticamente desarticuló las quejas, al recordar que la actual gestión no precarizó a ningún trabajador, sino que se hizo cargo de quienes ya estaban en esa condición. Subrayó que ahora cuentan con múltiples beneficios que antes no tenían, desde uniformes hasta seguros y cobertura médica, que reciben aumentos en forma idéntica a los trabajadores de planta, y que si no se los incorpora masivamente es por un impedimento legal, ya que hay un porcentaje del presupuesto municipal que puede dedicarse a sueldos.
En las quejas opositoras hubo también algunas muestras de desconocimiento, ya que se reclamó aceleración de trámites para habilitaciones comerciales, atención sobre aspectos como la inteligencia emocional o atención de espacios verdes y mejora del alumbrado público, temas sobre los que ya se está trabajando.
También se hicieron propuestas quizás bien intencionadas pero de muy improbable aplicación, como la implementación de un boleto municipal gratuito para toda la comunidad, la conversión de cada posta sanitaria en minihospital o la instalación de baños en las plazas.
Un problema para la oposición es que todos eligieron caminos y argumentos parecidos, y si se hiciera el ejercicio de ver el debate sin saber de qué sector político es el que habla, resultaría casi imposible distinguirlos.
Una excepción es la izquierda, con un mensaje potente pero algunos desvaríos como las consignas “Saadi es Milei” o la todavía más desconcertante “Palestina tiene que ser libre desde el río hasta el mar”.
Se escucharon también muchas críticas fuertes a la gestión de Javier Milei, ante lo cual los libertarios no opusieron defensa, sino que inteligentemente eludieron la discusión pidiendo que se hable solo de la ciudad.
Pasó el debate, se cumplió con la exigencia, y queda la impresión de que se lo podría mejorar, posiblemente con menos gente en los atriles (podría ir un representante por partido), pero también es justo reconocer que esta edición fue de las mejores que se realizaron.
Ahora y siempre, al margen de todas las consideraciones, serán los vecinos con su voto quienes tengan la última palabra.