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La construcción perdió 120 mil empleos en dos años y el sector opera al 25% de su capacidad

El derrumbe del empleo en la construcción no da tregua. Según datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), entre noviembre de 2023 y julio de 2025 se perdieron 60.462 puestos formales, lo que representa una baja del 13,7%, aunque el número real podría ser el doble si se incluyen trabajadores subcontratados. El presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO), Gustavo Weiss, estimó que la pérdida total asciende a 120 mil empleos entre julio de 2023 y octubre de 2025, una cifra que refleja la magnitud del deterioro en uno de los sectores de mayor peso en la economía nacional.

El Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (IERIC) confirmó que, pese a una leve mejora del Índice Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) y del consumo de cemento en agosto, los niveles de producción siguen muy por debajo de los registrados un año atrás. El Índice Construya, que mide la actividad residencial, continúa en terreno negativo y muestra una fuerte caída en reformas, ampliaciones y emprendimientos pequeños. Además, la cantidad de empleadores registrados bajó 1,3% interanual en septiembre y 10,6% respecto al mismo mes de 2023, siendo según el IERIC, “el peor septiembre en 20 años”, excluyendo el atípico 2020.

En Olavarría, uno de los polos cementeros más importantes del país, la actividad cayó al 25% de su capacidad instalada. “Tenemos alrededor de 20 puntos menos de movimiento”, explicó Bernardo Baldino, subsecretario de Empresas e Inversiones local, quien estimó que desde noviembre de 2023 se perdieron unos 1.500 empleos. El funcionario advirtió además sobre el avance de la precarización laboral: “Muchas empresas pasaron personal a monotributo con la promesa de volver a formalizarlos cuando la actividad repunte”. Según Baldino, la caída representa unos $2.000 millones menos circulando en la economía local.

El titular de la Cámara de la Piedra, Gustavo Núñez, señaló que las canteras producen actualmente unas 400.000 toneladas mensuales, frente al promedio histórico de un millón y el récord de 2,1 millones en 2017. “La reducción del personal es lo que más preocupa, porque no se pueden capacitar nuevos recursos frente a trabajadores con 15 años de experiencia”, advirtió.

El Gobierno nacional impulsa la privatización de rutas y autopistas en Buenos Aires, La Pampa, Santa Fe, Corrientes y Entre Ríos, medida que genera expectativa en el sector, aunque las proyecciones presupuestarias no acompañan el optimismo. Weiss advirtió que el Presupuesto 2026 para Vialidad Nacional (estimado en $659.878 billones) implica, ajustado por inflación, una caída real del 10,6%. “No hay expectativas de un impulso significativo en la obra pública nacional”, sostuvo. El economista Claudio Caprarullo coincidió en que la recuperación del crédito y de la construcción será clave para cualquier repunte económico: “Es uno de los sectores con mayor efecto multiplicador”. Y Weiss concluyó: “No es posible crecer sin infraestructura. Podés eliminar retenciones al campo, pero sin rutas ni caminos rurales, no hay forma de transportar la producción”.

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