El Hantavirus es una enfermedad viral aguda grave causada por el virus Hanta. Los ratones silvestres, principalmente los colilargos, lo transmiten a las personas, eliminando el virus en la saliva, las heces y la orina.
La vía de contagio más frecuente es por inhalación y ocurre cuando respiramos en lugares abiertos o cerrados (galpones, huertas, pastizales) donde las heces o la orina de los roedores infectados desprendieron el virus contaminando el ambiente. Otra de las formas de contraer la enfermedad son por contacto directo, es decir, al tocar roedores vivos o muertos infectados, las heces o la orina de estos roedores; por la mordedura de un roedor infectado; y por vía interhumana cuando hay contacto estrecho con una persona infectada durante los primeros días de síntomas, mediante la vía aérea.
¿Cuáles son los síntomas del Hantavirus?
Los síntomas del Hantavirus se parecen a un estado gripal. Entre ellos, la Dra. Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC, destaca: fiebre, dolores musculares, escalofríos, cefaleas (dolores de cabeza), náuseas, vómitos, dolor abdominal y diarrea. Además, y luego de algunos días, puede aparecer la dificultad respiratoria, agravándose hasta producir lo que se conoce como “síndrome cardiopulmonar por hantavirus”, que puede llevar a la muerte si la persona no es internada a tiempo.
Si bien no existe un tratamiento específico, aquellos pacientes que sean diagnosticados con síndrome cardiopulmonar por Hantavirus deben ser asistidos en establecimientos hospitalarios, de preferencia con unidades de terapia intensiva que cuenten con asistencia respiratoria mecánica.
En Argentina, se han identificado cuatro regiones endémicas como ser: Norte (Salta, Jujuy), Centro (Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos), Noreste (Misiones) y Sur (Neuquén, Río Negro y Chubut).
En línea con el Hantavirus, la profesional de OSPEDYC destaca que, las principales medidas a tener en cuenta para prevenir la enfermedad en estas zonas de país son las siguientes:
Evitar la convivencia con roedores y el contacto con sus secreciones.
– Evitar que los roedores entren o hagan nidos en las viviendas.
– Tapar orificios en puertas, paredes y cañerías.
– Realizar la limpieza de pisos, paredes, puertas, mesas, cajones y alacenas con una parte de lavandina cada nueve de agua (dejar 30 minutos y luego enjuagar). Humedecer el piso antes de barrer para no levantar polvo.
– Colocar huertas y leña a más de 30 mts de las viviendas, cortar pastos y malezas hasta un radio de 30 mts alrededor del domicilio.
– Ventilar por lo menos 30 minutos antes de entrar los lugares que hayan estado cerrados (viviendas, galpones). Cubrirse la boca y la nariz con un barbijo Nº95 antes de ingresar.
– Al acampar, hacerlo lejos de maleza y basurales. No dormir directamente sobre el suelo, y consumir agua potable.
– Si se encuentra un roedor vivo: usar veneno para roedores o tramperas para capturarlo (no intentar tocarlo o golpearlo). Consultar en el Municipio local si se dispone de un servicio de control de plagas.
– Si se encuentra un roedor muerto: rociarlo con lavandina junto con todo lo que haya podido estar en contacto y esperar un mínimo de 30 minutos. Luego recogerlo usando guantes y enterrarlo a más de 30 cm de profundidad o quemarlo.
Las personas que presenten síntomas de la enfermedad deben concurrir rápidamente a un establecimiento de salud para la consulta y evitar el contacto estrecho con otras personas.
“Es de suma importancia tomar conciencia de que el Hantavirus es una patología como cualquier otra y que se le debe prestar mucha atención a los síntomas para poder tratarlos a tiempo y, por otro lado, tener en cuenta las medidas de prevención de dicha patología para evitar mayores contagios”, finaliza la Directora Nacional de OSPEDYC.