El bailarín y coreógrafo argentino Demis Volpi, de 39 años, asumirá la dirección del célebre Ballet de Hamburgo que durante cincuenta y un años dirigió el no menos célebre John Neumeier. Fue este coreógrafo de origen estadounidense -y alemán por adopción- el que dio forma a una compañía consolidada sobre la base de sus obras, sustancialmente narrativas y con un lenguaje que bien podemos describir como neoclásico.
La llegada de Demis Volpi al Ballet de Hamburgo marca una revolución en esta institución tan fuertemente asociada al nombre de John Neumeier, cuyo prestigio como coreógrafo ha trascendido todas las fronteras.
Volpi dijo en su primera conferencia de prensa: “Como director artístico del Ballet de Hamburgo espero poder ofrecer al público y a la compañía nuevos impulsos artísticos y presentar coreógrafos con distintas perspectivas sobre la danza. Pero al mismo tiempo quiero preservar la tradición y el imponente espectro de obras de John Neumeier”.
“Mi primera temporada, a la que llamo “Prólogo”, es un homenaje al pasado, una celebración del presente y una mirada hacia el futuro”.
Una carrera llena de grandes hitos
La trayectoria de Volpi hasta el día de hoy está conformada por hitos de grandes logros: hizo un primer ballet narrativo para el Ballet de Stuttgart en 2013 que resultó el mayor éxito de la compañía en 20 años.
Luego fue nombrado su coreógrafo residente, pero ya desde 2006 y hasta hoy es invitado para la recreación de piezas clásicas y la creación de obras contemporáneas por numerosas compañías: entre ellas el American Ballet Theatre y la Compañía Nacional de Danza de México y más cercanamente a nuestra geografía el Ballet de Santiago de Chile y el Ballet Nacional del Sodre de Montevideo.
El argentino Demis Volpi ya presentó su primer programa para el Ballet de Hamburgo, que incluye una obra suya.Demis Volpi lleva creadas más de cuarenta obras de ballet y puestas de ópera y en 2020 asumió su primer cargo como director artístico y coreógrafo del Ballet del Rhin, Alemania.
Su llegada al más que prestigioso Ballet de Hamburgo implica un gigantesco paso en su carrera.
Demis Volpi nació en Buenos Aires en 1985 y en cuanto a su formación, hizo sólo un año en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón porque luego ingresó a la Escuela Nacional de Ballet de Canadá y posteriormente a la Escuela de John Cranko en Stuttgart. P
ero sus comienzos en la danza habían sido muy tempranos: tenía apenas cuatro años cuando se inició en lo que sería su carrera. Uno de los maestros más reconocidos por Volpi, y que continua siendo un vínculo artístico muy importante para él, es Mario Galizzi, actual director del Ballet del Teatro Colón.
Cómo será su primera temporada en Hamburgo
La primera temporada de Volpi se abre con un programa tan heterogéneo como atractivo. Su título es Los tiempos corren e incluye cuatro obras que recorren un arco de los últimos cincuenta años de la danza. En primer lugar, Adagio, la primera obra que creó Pina Bausch para la Wuppertal Danse Theater y que no volvió a darse en este último medio siglo.
Luego las Variaciones para dos parejas de Hans van Manen, un nombre no tan conocido aquí, pero muy influyente en la danza europea y en coreógrafos tan decisivos como Jiri Kylian.
Demis Volpi, a la derecha de Julio Bocca, cuando presentaron «Episodios coreográficos» en Montevideo, en 2015. Una de las obras era del nuevo director del Ballet de Hamburgo. Foto: EFE Hay también una obra del propio Volpi, con la que se presenta al público de Hamburgo: es una pieza inspirada en la poeta estadounidense Emily Dickinson y particularmente en su poema La esperanza es una cosa con plumas. Su tono, se anticipa, es una mezcla de optimismo y melancolía, de pena, alegría y deseo.
El programa se cierra con una obra del coreógrafo Justin Peck que lleva el mismo título del programa, Los tiempos están corriendo. Peck es coreógrafo residente del New York City Ballet y esta pieza, de 1917, se interna en los ideales históricos de su país, los Estados Unidos, pero también en su oscura realidad política. Los tiempos… se baila en zapatillas deportivas, un ingrediente poco menos que inhabitual en el escenario del ballet.
Vale la pena agregar que Justin Peck creó las maravillosas coreografías de la segunda West Side Story, que dirigió Steven Spielberg.
Resumiendo: un programa audaz, bello y estimulante desde todos los puntos de vista. ¿Cómo no reconfortarse con la consagración de nuestro compatriota Demis Volpi, un artista argentino que representa cabalmente al país en el que nació?